lunes, 27 de junio de 2011

Texto 7

- La amas - dijo maravillada ella.
- La amo - dijo maravillado él.
- ¿Te sorprende?
- Me sorprende - asintió - Pues en soledad embarqué, en soledad he estado embarcado y en soledad desembarqué. Mas cuando pisé tierra, de desolado pasé a no estarlo, pues con Soledad estoy y en Soledad me encuentro.
- ¿Siempre solo?
- Más bien, siempre a solas con la soledad.
- Hay otros caminos.
- En Soledad se encuentran.
- Y en Soledad se quedarán si no intentas remediar tu soledad. Podrías ser feliz.
- ¿Qué importa la vida, si la tristeza siempre aplasta la alegría superficial?
- Así pues, seguirás en la oscuridad.
- Aún no he decidido nada.
- Pues decide, muñeco, antes de que el tiempo y el momento te arrebaten lo que deseas, pero por lo que no lucharás.
- No es tan sencillo.
- No es tan complejo.
- Será como dices.
- Como digo es.
- No te lo niego, mas no creo que seas capaz de entender por completo como me siento.
- Será como dices.
- Como digo es.
- Mas tampoco tu acabas de entenderte por completo.
El muñeco calló un instante. Después de pensar miró a la mujer y dijo con tranquilidad, como quien escribe "FIN" al final de un libro:
- Como dices es.

Un cuento


Este es un cuento donde el final triste es el final feliz.
Aquel día dejaste que te llevase afuera para hablar.
Tu creías que te iba a pedir para salir.
Yo sabía que no iba a hacerlo.
Si hubiera sido capaz de hablar habrías oído un
"Te quiero..."
Pero nada más.
Un amor que no esperaba nada.
"Lo siento. Te quiero, pero no como tu me quieres a mi"
Me quedé en silencio mientras seguías hablando.
Palabras sin sentido.
No comprenderías como me sentí en ese momento.
Tampoco yo entendí porque había necesitado tanto oírte decir eso.
Me sentí tranquila.
Me sentí libre.
Me sentí salvaje.
Dentro había algo que dolía.
Pero no me importó.
Era la misma que antes de la muerte de él.
Volvía a ser yo.
Ya no necesitaba gustarte.
Ya no necesitaba buscarte.
Era de nuevo yo.
Pasó la tarde y volví a casa.
Una sola lágrima brotó de mis ojos.
Seis meses que aguanté amándote en silencio se lo merecían.
Pero no fui capaz de estar tan triste como debiera.
Mientras por mi mejilla resbalaba aquella lágrima en mi boca había una sonrisa.
Una sonrisa ya imposible de borrar.
¿Fue un final triste?
¿Fue un final feliz?
Fue un comienzo.
Aunque tu interpretaste mal lo que yo quería decir.
Aunque yo no dije lo que quería decir.
Aunque haya comprobado lo que suponía.
Aunque creas que me hayas hecho daño.
En el fondo, este final triste fue un final feliz.

Pas de deux con la muerte

Rota, destrozada y sin lugar a donde ir.
Mirando el cielo esa noche pensé que me moría y la navaja que apuntaba a mi rostro lo parecía afirmar.
Sonreí.
Que irónico.
Siempre me había reído de los que pensaban que la muerte bailaba siempre conmigo.
"Un último pas de deux con la muerte" Susurré.
Y abrí los ojos.
Agarre el metal y sentí mi sangre correr.
"Ahora"
Y salté adelante.
La sangre tiñó mi brazo de color carmín.
Sangre.
SU sangre.
Corrí y me alejé de alli.
De vuelta a casa.
No hay nada que compre el sentimiento de ganarle a la muerte.
"Nuestro ultimo baile aun puede esperar"
 

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