- La amas - dijo maravillada ella.
- La amo - dijo maravillado él.
- ¿Te sorprende?
- Me sorprende - asintió - Pues en soledad embarqué, en soledad he estado embarcado y en soledad desembarqué. Mas cuando pisé tierra, de desolado pasé a no estarlo, pues con Soledad estoy y en Soledad me encuentro.
- ¿Siempre solo?
- Más bien, siempre a solas con la soledad.
- Hay otros caminos.
- En Soledad se encuentran.
- Y en Soledad se quedarán si no intentas remediar tu soledad. Podrías ser feliz.
- ¿Qué importa la vida, si la tristeza siempre aplasta la alegría superficial?
- Así pues, seguirás en la oscuridad.
- Aún no he decidido nada.
- Pues decide, muñeco, antes de que el tiempo y el momento te arrebaten lo que deseas, pero por lo que no lucharás.
- No es tan sencillo.
- No es tan complejo.
- Será como dices.
- Como digo es.
- No te lo niego, mas no creo que seas capaz de entender por completo como me siento.
- Será como dices.
- Como digo es.
- Mas tampoco tu acabas de entenderte por completo.
El muñeco calló un instante. Después de pensar miró a la mujer y dijo con tranquilidad, como quien escribe "FIN" al final de un libro:
- Como dices es.
lunes, 27 de junio de 2011
Texto 7
Publicado por
Nemxis
en
11:42
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Etiquetas:
memorias de un muñeco
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