lunes, 27 de junio de 2011

Un cuento


Este es un cuento donde el final triste es el final feliz.
Aquel día dejaste que te llevase afuera para hablar.
Tu creías que te iba a pedir para salir.
Yo sabía que no iba a hacerlo.
Si hubiera sido capaz de hablar habrías oído un
"Te quiero..."
Pero nada más.
Un amor que no esperaba nada.
"Lo siento. Te quiero, pero no como tu me quieres a mi"
Me quedé en silencio mientras seguías hablando.
Palabras sin sentido.
No comprenderías como me sentí en ese momento.
Tampoco yo entendí porque había necesitado tanto oírte decir eso.
Me sentí tranquila.
Me sentí libre.
Me sentí salvaje.
Dentro había algo que dolía.
Pero no me importó.
Era la misma que antes de la muerte de él.
Volvía a ser yo.
Ya no necesitaba gustarte.
Ya no necesitaba buscarte.
Era de nuevo yo.
Pasó la tarde y volví a casa.
Una sola lágrima brotó de mis ojos.
Seis meses que aguanté amándote en silencio se lo merecían.
Pero no fui capaz de estar tan triste como debiera.
Mientras por mi mejilla resbalaba aquella lágrima en mi boca había una sonrisa.
Una sonrisa ya imposible de borrar.
¿Fue un final triste?
¿Fue un final feliz?
Fue un comienzo.
Aunque tu interpretaste mal lo que yo quería decir.
Aunque yo no dije lo que quería decir.
Aunque haya comprobado lo que suponía.
Aunque creas que me hayas hecho daño.
En el fondo, este final triste fue un final feliz.

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