miércoles, 21 de septiembre de 2011

Terapia 1

Despues de desfilar antes la muerte una y otra vez, nada debería darme miedo ya, nada debería causarme dolor. Es ridículo que las personas aterren más que la muerte, pero esa es mi realidad. Es incluso divertido ver como un texto o unas palabras pueden cambiar una vida...y como un lápiz puede salvarla.
En mi vida tengo claro que hay tres cosas que predominan: miedo, odio y tinta. Podría decir que las tres a partes iguales o que la tinta compensa las otras dos...no sé, da igual.
Lo bueno de tomarse la vida con tanta tranquilidad es que puedes ver lo malo como si solo fuera una ilusión y aplazar el sufrimiento hasta un momento en el que lo puedas llevar mejor, y creo que esa es una de las mejores cualidades que te pueden tocar en la vida. Si llevas la vida con prisas todo se magnificara y dolerá hasta la más mísera desgracia...
Bien, dejando filosofías de vida a un lado, hay quien prefiere dejarse caer y hay quien prefiere intentar reflotar...pero eso siguen siendo filosofías de vida, vaya...pues sigamos hablando de filosofías de vida, ¿por qué no? Tampoco es que haya que hacer algo más entretenido que escribir.
Escribir, escribir...escribir es una buena terapia, cura muy rápido y ayuda a cicatrizar. También el amor ayuda...bueno, tacho, el amor no ayuda una mierda. Otra buena terapia es recordar momentos chapichusquis, así que, eso haré.
Dentro de poco será la Feira Franca, ese día hara un año que conozco a Rey Carmesí...o quizas no fuera exactamente ese día, pero queda como esa fecha en general.

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