Apoya la mano en el cristal deseando que todo sea como fue o que, al menos, el tiempo se pare y jamás avance más allá del momento en el que soltaron sus manos una noche de viento y lluvia con sabor amargo.
No podría asegurar si habían pasado minutos, horas, días o meses desde aquel momento, pero si que estaba segura de que para ella, en su pequeño e infinito universo, el tiempo se había parado momentáneamente.
Y más tarde volvió a fluir. Mágicamente quizás o tal vez fue obra del destino, que reunió dos almas gemelas...tan dispares, pero iguales; tan distintas y sin embargo tan compatibles.
Y el mundo cambió, tal vez no para el resto del mundo, pero si para ellos dos.
lunes, 10 de octubre de 2011
Cambios
Publicado por
Nemxis
en
14:13
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Etiquetas:
relatos
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